jueves, 4 de octubre de 2012

Reparto de los derechos de televisión del fútbol

El fútbol español tiene dos problemas: el reparto de los derechos de televisión y el endeudamiento. Ambos tienen solución, si se emplea la estrategia apropiada. De esa solución depende la viabilidad a medio y largo plazo de los principales clubes españoles. Seguidamente se mostrarán los pasos prácticos a seguir para lograr la equidad y el saneamiento económico.


Los derechos de televisión
 
Un reparto más equitativo de los ingresos por la retransmisión de partidos por televisión pasa por que los contratos con los operadores no sean negociados individualmente, sino en conjunto por la Liga de Fútbol Profesional. Esta opción cuenta con el rechazo frontal de los dos clubes más beneficiados por el sistema actual, el Real Madrid y el F.C. Barcelona, apoyados en la mayoría de los clubes de la segunda división. Cualquier propuesta de solución debe anular este escollo para ser viable. El único camino factible es la unión de los dieciocho clubes de primera división (se exceptúan, obviamente, el Real Madrid y el F.C. Barcelona) y el mayor número posible de clubes de la segunda división, aunque la participación de estos últimos no es necesaria, solo conveniente. Los dieciocho clubes de primera negociarán conjuntamente y de manera privada, sin la asistencia de la LFP, los derechos de televisión de todos los partidos de primera en los que se enfrenten entre ellos. De este modo, solo se les deja al Real Madrid y al F.C. Barcelona la posibilidad de negociar por los dos partidos que disputan entre ellos. El resto de los partidos entre el Real Madrid y el F. C. Barcelona no podrían ser televisados. Puesto que a nadie le interesa dejar de percibir el dinero que esos partidos generan, la negociación sería obligatoria. Pero...

En la práctica, sin embargo, el Real Madrid y el F. C. Barcelona podrían intentar vender por su cuenta los derechos de todos los partidos que se jugaran en el Camp Nou y en el Santiago Bernabéu, sin compensar a sus rivales por sus derechos de imagen. Este movimiento sería contrarrestado por el resto de clubes haciendo lo propio y vendiendo los derechos de los partidos que el Real Madrid y el F. C. Barcelona jugaran fuera de casa. Este método es el habitual que se sigue para el reparto de las taquillas de cada partido y la explicación de por qué hay doble vuelta en las competiciones deportivas. El Real Madrid y el F.C. Barcelona dejarían de cobrar 71 millones de euros cada uno; cantidades que pasarían a engrosar los ingresos del resto de clubes. Para hacernos una idea del impacto económico que el nuevo reparto tendría en la primera división lo vamos a comparar con el reparto actual en una tabla. Nótese que a diferencia de la transparencia con que la liga europea que mejor explota sus derechos de televisión, la Premier League, hace públicas las cifras cobradas por cada club, la LFP española no facilita ningún dato oficial (puesto que los contratos son individuales de cada club) y los importes, por tanto, solo pueden ser aproximados.

Tabla con las cantidades aproximadas cobradas por los clubes de primera división comparadas con la hipótesis de que el Real Madrid y el F.C. Barcelona solo puedan explotar los partidos jugados como anfitriones:


Más adelante hablaremos sobre propuestas de reparto de derechos en caso de negociación conjunta. Se analizará el caso de la Champions League y el de la Premier League. Baste decir por ahora que las hipótesis de reparto se han basado en el modelo y los porcentajes de la Premier League inglesa, la liga europea con el reparto más equitativo. En la tabla superior se ve como la realidad de la temporada 2011/12 ha arrojado una distribución poco ecuánime de los ingresos por retransmisión de partidos (142 millones de euros para el Real Madrid y el F.C. Barcelona y tan solo 10 millones para el Rayo). Con la hipótesis manejada de que el Real Madrid y el F.C. Barcelona traten de explotar por su cuenta los partidos jugados en sus feudos y el resto de los partidos se exploten conjuntamente por los demás equipos de la primera división repartiendo el dinero en la misma proporción en la que se reparte en la Premier League, observamos que la división es más equilibrada, reduciéndose las diferencias entre mejor y peor pagado desde los 132 millones hasta los 48. Se observa que aplicando el modelo inglés a la liga española, todos los equipos ganan más excepto el Atlético de Madrid y el Valencia. Puesto que los objetivos perseguidos son más ambiciosos y esta es solo una fase intermedia de la negociación, se podría hacer una corrección de los resultados restando dos millones a los siete equipos que reciben menos dinero, que son los que más han visto incrementados sus ingresos y un millón al octavo, para dárselos al Atlético de Madrid y al Valencia. De esta manera, no verían mermados sus ingresos con esta propuesta de reparto y sería más fácil sumarlos a la causa. Veamos la nueva hipótesis como una columna nueva en la tabla anterior:


Con esta corrección conseguimos que solo pierdan el Real Madrid y el F.C. Barcelona y el resto de los equipos se queden como estaban o ganen. Es importante negociar una distribución de los derechos en cuyas primeras fases todos ganen o, al menos, no pierdan. Con ello se alcanza más fácilmente el consenso y se minimiza la posibilidad de que algún equipo se quiera salir del grupo, lo cual iría contra los intereses económicos generales.

Yendo un paso más allá en busca de la estrategia óptima, en caso de que el Real Madrid y el F.C. Barcelona decidieran vender por su cuenta lo derechos de los partidos jugados en sus campos, sería necesario, además de hacer lo mismo, interponer una demanda judicial. Pero, si los 18 equipos restantes de primera hacen lo mismo, es decir, venden los derechos de los partidos jugados en sus campos contra el Real Madrid y el F.C. Barcelona sin compartir las ganancias con ellos, ¿cómo podrán presentar una demanda por explotación impropia de derechos? La idea es que la demanda solo la presenten dos equipos: el primero que visite el campo de cada uno de los dos grandes y vea que se retransmite el partido sin compartir derechos. Estos dos equipos no permitirán que se retransmita su partido en casa de la segunda vuelta contra el Real Madrid y el F.C. Barcelona. Así, los demás equipos pueden ganar dinero comercializando sus partidos con el Real Madrid y el F.C. Barcelona, mientras la vía judicial sigue su camino hasta sentar precedente para futuras ocasiones. El resto de los 18 clubes deben compartir equitativamente con los dos demandantes las ganancias por lo que dejan de percibir al no comercializar sus partidos contra el Real Madrid y el F.C. Barcelona. Así mismo, cuando la sentencia sea firme, los supuestos beneficios obtenidos serán igualmente repartidos. La denuncia deberá ser solidaria ante el club y el operador televisivo.

Tanto si la demanda es necesaria o no, lo importante es que es disuasoria. Lo que más miedo puede causar al Real Madrid y al F.C. Barcelona es una verdadera Liga democrática en la que el duopolio actual sea superado gracias a la unión y organización del resto de clubes que forman una mayoría. Por eso, el secreto de las conversaciones en determinado punto dejará de ser importante. Una vez que el acuerdo para actuar unidos sea firme, se le puede dar publicidad para que el Real Madrid y el F.C. Barcelona vayan madurando la idea. En un escenario en el que muchos clubes acaban de firmar contratos con operadores de televisión por tres años, que el Real Madrid y el F.C. Barcelona sepan de la intención de revertir esta situación cuando toque firmar un nuevo contrato facilitará su predisposición a negociar o, al menos, evitará que cuando los hechos se impongan, no se pueda alegar falta de tiempo para estudiar la propuesta.


Estrategia de negociación
  1. El proceso debe empezar lo antes posible. El objetivo último es a tres temporadas vista, cuando acaban los últimos contratos firmados de televisión. Pero, cuanto antes se cierren acuerdos, antes se podrá presionar al Real Madrid y al F.C. Barcelona y sensibilizarlos de que, si no se llega a un acuerdo voluntario, el forzoso será más perjudicial para sus intereses.
  2. Inmediatos contactos entre los clubes de primera (excepto el Real Madrid y el F.C. Barcelona) y habituales de segunda para conocer la predisposición de cada uno ante la propuesta. No es necesario dar conocimiento del curso de las negociaciones a la LFP.
  3. Los primeros contactos deben desembocar en una reunión de todos los clubes excepto el Real Madrid y el F.C. Barcelona. Es bueno que asistan incluso los que no sean partidarios de esta iniciativa, para que expliquen sus motivos o para intentar convencerlos. Es bueno saber los motivos de los clubes reacios, porque si son razonables, incorporarlos a la propuesta puede servir para mejorarla y, en todo caso, para conocer las dificultades a las que se enfrentará. Además, cualquier club que se niegue a ganar más dinero sin una explicación clara, puede esconder intereses oscuros o estar atado por acuerdos privados previos. Es bueno saber cuáles son estos clubes. De haber una mayoría suficiente, a los indecisos se les puede presionar con excluirlos del contrato común.
  4. Una vez llegados todos al acuerdo de actuar conjuntamente en la defensa de los intereses de los 18 clubes de primera y, tal vez, de algunos de segunda, es necesario ratificarlo en un contrato de actuación conjunta con fuertes cláusulas de penalización, que solo se pueda romper por mayoría. Con esto se evitará que el Real Madrid y el F.C. Barcelona intenten, a cambio de beneficios económicos, atraerse a algunos clubes para romper la unidad de acción. Estos clubes se enriquecerían individualmente sustrayendo beneficios del resto de los equipos. Las cláusulas de penalización son vitales, porque si a mitad del proceso negociador, algunos clubes lo abandonan unilateralmente, el resto puede estar seguro de que su situación será peor que antes de empezarlo, puesto que es altamente probable que los clubes que abandonaran el consenso lo hicieran a cambio de un trato económico favorable a costa del resto.
  5. Este es el momento de presentar la propuesta en la LFP. La mayoría de clubes de segunda y el Real Madrid y el F.C. Barcelona desestimarán cualquier acuerdo. Pero ya no se busca un acuerdo de la LFP. Solo se expone ahí para el conocimiento general. Se le da publicidad a la posición de la mayoría de los clubes de primera (todos menos dos) y lo que se pretende es un acuerdo privado al margen de la LFP para la explotación conjunta de los derechos de televisión.
  6. Si no hay acuerdo para la negociación conjunta del siguiente contrato, se advierte a la LFP de que los 18 clubes de primera seguirán adelante con su propósito.
  7. Un año antes de finalizar los contratos vigentes se inician los contactos con los operadores televisivos avisándoles de que el paquete que se va a negociar excluye los partidos del Real Madrid y el F.C. Barcelona, que se negociarán aparte y en el futuro, en todo caso. Durante la negociación se puede pedir presupuesto para el resto del paquete (los 72 partidos que el Real Madrid y el F.C. Barcelona juegan con el resto de equipos de primera) o para la mitad (los 36 partidos que el Real Madrid y el F.C. Barcelona juegan en campo contrario, excluidos los que juegan entre ellos mismos). Esta negociación es importante, para que al operador de televisión le quede claro que no puede negociar solo con el Real Madrid y el F.C. Barcelona, porque el resto de los equipos le van a pedir lo mismo que le ofrezcan a los dos grandes). Solo se negociará una temporada, previendo que en la siguiente las condiciones serán distintas y se estará en otro statu quo, mejor o peor, pero distinto.
  8. Llegada la primera jornada de liga, todos los partidos se televisan normalmente y con contrato excepto los del Real Madrid y el F.C. Barcelona. Si estos dos equipos inician la liga fuera de casa, esos dos primeros partidos no se televisan, pues no se tienen los derechos de retransmisión. Se espera a que tanto el Real Madrid como el F.C. Barcelona jueguen en su campo. Si por su cuenta dan permiso para la retransmisión en su campo sin compartir los derechos, se denuncia el hecho en el juzgado la primera vez que lo hagan, es decir, se denunciará una vez a cada uno de los dos equipos. Posteriormente se subasta el resto del lote de los partidos que el Real Madrid y el F.C. Barcelona vayan a jugar fuera de casa. Se pide un precio conjunto orientativo por todos los partidos, pero los contratos se firman jornada a jornada. Con esta estrategia los 18 clubes consiguen, al menos, que el Real Madrid y el F.C. Barcelona obtengan solo la mitad de sus ingresos previstos y se embolsan ellos mismos la otra mitad casi íntegra, mientras los dos procesos judiciales siguen su curso. Todo el dinero extra obtenido debe ir, por supuesto, a una caja común y ser repartido en la proporción prevista por méritos o clasificaciones, incluidos los dos equipos que interpusieron las demandas judiciales. El reparto común de lo que se saque por los partidos del Real Madrid y el F.C. Barcelona no es necesario hacerlo público, para evitar complicaciones legales en los dos juicios. Los derechos de esos partidos los pueden negociar todos los equipos menos los dos denunciantes. Estos obtendrán su cuota de los ingresos mediante sendos contratos particulares con el resto del grupo. No negociarán directamente con el operador de televisión.
  9. Cuando se esté cerca de llegar a un acuerdo con el Madrid y el Barça, estos presionarán para que se retiren las demandas antes de la firma. Esto será innegociable por dos motivos: primero, porque las sentencias servirán de amenaza si alguna vez se vuelve a intentar romper la negociación conjunta; y, segundo, porque la indemnización servirá para compensar el todavía injusto reparto de derechos: con la mitad de 142 millones, el Madrid y el Barça seguirán cobrando mucho más que el resto. Las sentencias son las llaves para un verdadero reparto justo.
  10. En las demandas se debe pedir una indemnización cuantiosa, para que al Real Madrid y al F.C. Barcelona no les quede más remedio que litigar y no se sientan tentados de pagar la cantidad demandada para no verse atrapados de por vida por dos sentencias que de llegar al Supremo sentarían precedente.
  11. En este punto el Real Madrid y el F.C. Barcelona estarían cobrando 71 millones de euros cada uno y el resto de equipos cobrando más, excepto Atletico de Madrid y Valencia. Como ya se ha explicado, si transitoriamente fuera necesario, se podrían distribuir los ingresos de manera que tanto el Atlético de Madrid como el Valencia no vieran disminuidos sus ingresos con el cambio y los demás equipos ganaran más. De este modo se incentivaría al Atlético de Madrid y al Valencia a colaborar con el grupo.
  12. Con este statu quo ya se aumentan los ingresos sustancialmente. Las sentencias, por su parte, darán garantía jurídica en un doble sentido: Si son favorables al Real Madrid y al F.C. Barcelona, es decir, si consideran que es legal que cada equipo comercialice los partidos disputados en su casa sin compensar al equipo visitante, entonces significa que la próxima temporada cada equipo de primera división puede comerciar con un partido del Madrid y otro del Barça a la hora de vender los derechos de televisión. Legalizará el hecho de que cada club comercialice por su cuenta los partidos disputados en su propio campo al estilo de lo que se hace con las taquillas de los partidos. Si la sentencia falla que esos derechos deben ser negociados entre los dos equipos que disputan el partido, estaríamos en la posición que andábamos buscando y el Real Madrid y el F.C. Barcelona no podrían explotar por su cuenta ni siquiera los derechos de los partidos ligueros en su campo. Deberían buscar un acuerdo con el resto de equipos. Evitar este acuerdo es lo que ha posibilitado que tan solo dos equipos, el Real Madrid y el F.C. Barcelona, negocien por el 45% de los derechos de televisión, dejando el restante 55% a repartir entre 18 equipos.
  13. En la siguiente temporada ya habrá más seguridad jurídica para volver a negociar otro contrato nuevo basado en las nuevas condiciones.

Fundamentos

Alguien se podría preguntar cómo puede ser injusto un reparto de derechos televisivos en el que cada equipo ha negociado libremente con los operadores de televisión y ha obtenido el precio de los partidos según las leyes de la libre competencia. En efecto, los 628 millosnes que se estima que han pagado los operadores televisivos a los clubes son precios dictados por la oferta y la demanda. Y hasta ahí, y no más allá, llega la eficiencia del mercado para establecer precios. La perversión del mercado futbolístico llega por el hecho de que se retransmiten partidos (de dos equipos, por tanto), mientras que lo que se negocian son derechos individuales de equipos. El mercado (los operadores televisivos y también los clubes) sabe con bastante precisión cuánto vale un partido, lo que no sabe es cuánto hay que dar a cada equipo que lo juega. No tiene la misma audiencia un Real Madrid - F.C. Barcelona que un Real Madrid - Málaga y, mucho menos, que un Real Madrid - Peña Sport. Las recientes declaraciones de Sandro Rosell, el presidente del F.C. Barcelona, en el sentido de que en una Cataluña independiente, su equipo no tendría ningún inconveniente en jugar la liga española, no son sino un reconocimiento de este hecho. El F.C. Barcelona preferiría jugar en la liga española a pesar de que en una liga catalana tendría asegurado el título y la clasificación automática para la Liga de Campeones año tras año. Lo que no tendría asegurado es el ingreso por derechos televisivos. Pues los operadores no pagarían 142 millones de euros al F.C. Barcelona por enfrentarse al Espanyol junto con el Terrasa, el Sabadell o el Mataró en vez de enfrentarse al Atlético de Madrid, al Valencia, al Sevilla, al Athletic Club o al Osasuna. Un club, por importante que sea y por muy buenos jugadores que tenga, necesita de rivales de categoría para lucir todo su esplendor. En caso contrario, los partidos se asemejan a amistosos, que tienen menor tirón de audiencia.

Ni siquiera el argumento de que los partidos del Real Madrid y el F.C. Barcelona tienen más audiencia que los del resto de equipos es un argumento incontrovertido. Es un hecho y, como tal, no se puede negar, pero sí, interpretar. El Real Madrid y el F.C. Barcelona tienen más espectadores porque tienen el dinero para comprar a los mejores jugadores. Porque mientras ambos equipos pueden comprar a Daniel Alves, Adriano, Keita y Sergio Ramos al Sevilla; a Villa, Jordi Alba y Raúl Albiol al Valencia; estos dos equipos se veían obligados a vender a esos jugadores y a Mata, Silva, Isco, Luis Fabiano, etc.. Baste un dato: el Valencia podría pagar toda su deuda en cuatro años solo con cobrar los mismos derechos de televisión que el Real Madrid y el F.C. Barcelona.

La relación causal entre dinero y audiencia salió a la luz en toda su claridad cuando en plena lucha de las plataformas televisivas de los 90 (Canal Digital y Vía Digital), Augusto César Lendoiro esperó a ser el último en firmar el contrato del Deportivo de la Coruña, pudiendo negociar la tercera mejor cantidad para su club. De esa negociación, salió el germen del poderío económico del Superdépor que acabaría ganando una liga y dos copas del rey, cuando había vivido toda su vida no a la sombra del Real Madrid y el F.C. Barcelona, sino del mismo Celta de Vigo. Tampoco es fácil olvidar los problemas que el Valencia de Ariel Ortega y Claudio López le causaba al F.C. Barcelona, cuando los derechos de televisión estaban mejor distribuidos.

Mientras no haya un acuerdo para el reparto de los derechos televisivos de un partido, se puede empezar a negociar partiendo de la base de un 50% para cada equipo. A partir de ahí se pueden incluir factores correctores como la posición en la tabla o el número de espectadores que siguen a cada equipo. Cualquier modelo menos el actual. Sin ir más lejos ni salir del fútbol español, podemos ver un modelo más equitativo que sigue funcionando: la taquilla de cada partido disputado se la embolsa íntegra el equipo local, sin compartir un céntimo con el visitante; y lo propio sucede en el partido de vuelta. No importa qué equipo tiene más seguidores o cuál tiene a los mejores jugadores. Este podría ser un buen punto de partida para iniciar la negociación de los derechos de televisión y la transición hacia un modelo más equitativo: partir para empezar de una situación en la que cada equipo se lleva todos los ingresos de los partidos jugados en su campo. Desde ese punto, se debería negociar hacia una equidad mayor todavía. Pero ningún acuerdo debería cerrarse si ese punto mínimo no es alcanzado.

Por supuesto, no se puede hacer un análisis del reparto actual de los derechos de televisión sin mencionar la responsabilidad de los clubes perjudicados. Que 18 clubes de primera división acepten un reparto en el que el Real Madrid y el F.C. Barcelona se lleven el 45% de los ingresos sin juntarse para negociar y hacer valer sus intereses por el desconocimiento de una estrategia ganadora, casi solo se puede calificar como dejación de sus responsabilidades. Y el momento actual, en el que las deudas de los clubes los han abocado a situaciones extremas, es el punto idóneo para adoptar estrategias audaces, ya que las habituales los han llevado a donde están. 


Modelos de reparto

El modelo más equitativo de los conocidos es el de la Premier League inglesa. La negociación es conjunta y el reparto agregado es el siguiente:
- 50% repartido en partes iguales para todos los clubes.
- 25% repartido en proporción al número de partidos televisados en directo.
- 25% repartido en proporción a la clasificación.
- Los pagos por derechos vendidos al extranjero se reparten por igual entre todos los clubes.
Las cifras oficiales, públicas para todo aquel que las quiera ver, se muestran en la tabla siguiente convertidas en euros:


Lo que se ve en la tabla es lo siguiente (por columnas):
  • Rank: Clasificación a final de temporada.
  • TV: Número de partidos televisados en directo (no se televisan todos en directo).
  • Igual: El reparto a partes iguales del 50% de los ingresos entre los 20 clubes de la Premier League y 7 de la Football League Championship (la segunda división inglesa), para atenuar el impacto económico del descenso. Cada club de la Premier League cobró en la temporada 2011/12 por este concepto 17.204.369 euros.
  • Televisados: El 25% del presupuesto se reparte en función del número de partidos televisados en directo a cada equipo. Por ejemplo, al Queen Park's Rangers, que quedó en la posición 17 en la liga, le retransmitieron 14 partidos en directo como se puede ver en la columna TV y cobró más por este concepto que el Everton, 7º en la clasificación, al que solo le retransmitieron 10.
  • Posición: En esta columna se reflejan los ingresos en función de la clasificación. Se empieza pagando 942.144 euros al último clasificado y la cantidad sube en esa misma cuantía por cada posición que ascendemos en la tabla.
  • Extranjero: La cantidad percibida (igual para todos los clubes) por la explotación de los derechos de televisión en el extranjero. A algunos de los clubes descendidos se les sigue dando una compensación. Cada club de la Premier League cobró por ese concepto 23.413.960 euros.
Como podemos ver en la última columna, el Mancheste City, el campeón, solo gana un 50% más que el que menos gana. Lo que convierte a la Premier League en la liga europea que reparte los derechos más equitativamente. Mientras que en la Liga española, los que más ganan, el Real Madrid y el F.C. Barcelona, ganan unas 14 veces más que el menos beneficiado por los contratos. En la tabla siguiente se ve mejor:


En Inglaterra, pues, a la hora de repartir se discrimina solo en función de la clasificación y del número de partidos retransmitidos en directo. Como en España todos los partidos son retransmitidos en directo, se podría adaptar el market pool que usa la UEFA en sus competiciones. En la Liga de Campeones de la UEFA, por ejemplo, todos los equipos reciben lo mismo por superar eliminatorias. Pero al pasar la fase de grupos se hace una corrección que puede ser cuantitativamente importante y que pondera la importancia del mercado televisivo de la liga nacional en la que juega cada club. Así, mientras el Chelsea que ganó la final recibió por este concepto 30.035.000 euros, el Bayern de Múnich, el otro finalista, ingresó 14.830.000 euros; menos de los 18.569.000 del Inter de Milán, eliminado en octavos.

En España se podría pensar en un reparto en el que una cantidad fija se entregara por igual a todos los clubes, otra dependiera de la clasificación final y una última del número de espectadores que ven los partidos de cada club. De seguir el ejemplo de la Premier League, esos porcentajes serían 50, 25 y 25.

Una forma más clara de ver lo injusto que es el reparto de los derechos de televisión que se hace en España es ver cómo se repartirían los 628 millones de euros que genera la liga española si se repartieran siguiendo los porcentajes de la liga inglesa. Y, a la vez, ver cómo se quedarían repartidos los 1.208 millones de euros que genera la liga inglesa siguiendo las proporciones de la liga española. Vamos a verlo en la siguiente tabla:


Dos aspectos de esa tabla sorprenden a primera vista. El primero es lo poco que ganarían el Real Madrid y el F.C. Barcelona. El hecho es debido a que los derechos de la liga española (628 millones de euros) se venden a la mitad del valor de los de la liga inglesa (1208 millones). Esto se debe a diversas causas:
  • Menor población de España (47 millones de habitantes) respecto al Reino Unido (62 millones).
  • Menor poder adquisitivo de la población española respecto a la inglesa. La renta per capita española se estimó en 2011 en 32.000 dólares, por los 38.000 dólares del Reino Unido.
  • Mejor comercialización de la Premier League en el extranjero. Fuera del Reino Unido obtiene 468 de los 1.208 millones de euros que se reparten los 20 clubes que participan en la Premier League. De la Liga española no hay datos, pero no serán muy boyantes, es de suponer.
El otro aspecto que sorprende de la tabla son los descomunales ingresos que tendrían los dos primeros clasificados de la Premier League en caso de seguir las proporciones del reparto de la liga española. El Manchester City se embolsaría 273 millones de euros y el Manchester United, 272. Imposible competir con ellos en esas condiciones.

Podría pensarse que, dados los pocos ingresos que genera la liga española (628 millones de euros), un reparto más equitativo a la inglesa no permitiría que el Real Madrid y el F.C. Barcelona pudieran competir en igualdad de condiciones en Europa. Nada más lejos de la realidad. Veamos la lista que anualmente elabora la consultora Deloitte de los clubes de fútbol con más ingresos del mundo:


Como se puede observar en la tabla, el Real Madrid y el F.C. Barcelona encabezan la lista con bastante holgura, casi tanta, por no decir exactamente la misma, que la derivada del mayor ingreso de derechos de televisión. Hagamos un ejercicio de ficción y veamos cómo quedaría la lista de clubes con más ingresos del mundo si en la liga española hubiera un reparto de ingresos televisisvos tan equitativo como lo hay en Inglaterra:


En efecto, la situación no es tan grave. El Real Madrid seguiría siendo el club con más ingresos del mundo y el F.C. Barcelona, el tercero por detrás del Manchester United. Nada les impediría a los dos clubes más grandes de España seguir compitiendo en Europa en igualdad de condiciones con los más grandes. Es más, en este caso sí competirían en igualdad de condiciones, no como hasta el momento en que sacan ventaja de una distribución muy poco equitativa de los derechos de televisión.

Todavía queda un escenario por analizar, sin embargo, para comprender en toda su dimensión la ventaja que tienen el Real Madrid y el F.C. Barcelona derivada del particular reparto de derechos de televisión de la liga española. Si la liga inglesa cediera a los impulsos individualistas de la española a la hora de negociar los contratos televisivos y los derechos se repartieran en la misma proporción que en España, mientras en España se repartieran tal como se hace en Inglaterra, la lista de clubes por ingresos variaría significativamente. Veámoslo en la siguiente tabla:


En tal escenario veríamos como los clubes ingleses más importantes disfrutarían de la ventaja de un reparto desigualmente concentrado; la misma ventaja con la que cuentan el Real Madrid y el F.C. Barcelona en la actualidad.

La Premier League vende su liga con el slogan: "Donde cualquiera puede ganar a cualquiera". Si queremos tener en España una liga de verdad y no un paseo militar, como aquellas ligas de baloncesto de los 70 en las que el título se disputaba en los dos partidos que enfrentaban al Real Madrid y al F.C. Barcelona; es necesario un reparto más justo de los derechos televisivos. El Real Madrid y el F.C. Barcelona ya tienen un presupuesto suficientemente grande en relación al resto de los equipos españoles como para necesitar aumentar las diferencias con los contratos de televisión. El Real Madrid y el F.C. Barcelona seguirán teniendo los presupuestos más grandes del fútbol español y, probablemente, del mundo; tendrán los mejores patrocinadores, la mayor cantidad de socios que llenen sus estadios y venderán más camisetas que nadie. Sumarle a esas ventajas el discutible reparto de las televisiones, haría de la liga un duopolio en el que sería imposible competir.

La salud de la Liga española pasa por mejorar su explotación en el extranjero. El mercado mundial está prácticamente copado por la Premier League que cuenta con la ventaja de los restos culturales de la influencia del imperio británico. Continentes como África, Asia y Oceanía han caído rendidos al espectáculo de la Premier League debido a los lazos que quedan entre las colonias y la metrópoli (en unos países), por la influencia de esas colonias en los países de alrededor y por los viajeros británicos que pueblan el planeta por trabajo o por placer. Así recoge la Premier League la distribución de su audiencia por continentes manejando datos estimados de población de entre 16 y 69 años :


Lo que se observa es que aparte de Estados Unidos y Canadá, donde el fútbol como espectáculo no ha calado entre la población, y Asia; Latinoamérica es el mercado en el que más le cuesta penetrar a la Premier League. Representa el 8% de la población, pero solo el 5.7% de la audiencia. Ese es el mercado exterior prioritario para la expansión de la liga española. Ha sido un mercado tradicionalmente orientado al Calcio italiano, que era donde desembarcaban las figuras locales en busca de mejores sueldos. Ahora que la liga italiana está en decadencia, es el momento de aprovechar nuestros lazos culturales y lingüísticos con los países latinoamericanos para ocupar su espacio. Pero va a ser muy difícil si solo hay jugadores buenos en dos equipos y, en cuanto uno destaca, no hay forma de que su club pueda retenerlo económicamente. Si los únicos partidos interesantes de la liga son los del Real Madrid y el F.C. Barcelona, esos países preferirán la Champions League, donde la incertidumbre por el resultado es mayor. El verdadero espectáculo del fútbol se da cuando se enfrentan dos equipos nivelados.

Estamos viviendo un momento único para la expansión de la liga española en otros continentes, pero no hemos sabido rentabilizar el hecho de que el fútbol español es la referencia internacional, que el F.C. Barcelona ha asombrado al mundo por su estilo de juego y que la selección española ha ganado dos Eurocopas seguidas y es, por fin, campeona del mundo. Si no se aprovecha el apogeo del fútbol español para venderlo fuera de nuestras fronteras en esta coyuntura, se habrá dejado pasar una oportunidad histórica.


Saneamiento económico de los clubes

De nada servirá un mejor reparto de los derechos de televisión y un incremento de la recaudación por esos derechos en el exterior, si no se frena el endeudamiento. El límite de la libre competencia debe ser la deuda. No es necesario discutir este hecho pues todos los clubes deben estar de acuerdo. Con o sin deuda, solo un equipo va a ganar la liga y tres van a descender. La unidad de los clubes de primera para negociar en conjunto los derechos de televisión debe ser la semilla que posibilite el acuerdo para autoimponerse normas firmes contra la deuda. Esas normas deben implicar descensos de categoría a los incumplidores.

Si los clubes se ponen de acuerdo en un nuevo reparto de los derechos de televisión, el incremento que supondría para los clubes más pequeños, les haría poder enjugar su deuda rápidamente. Quedarían los clubes con mayor presupuesto, que deberían seguir estrategias de austeridad. Si el nuevo reparto de derechos no viene acompañado de una voluntad firme regulada por normas contundentes, todo el dinero extra que vean los clubes saldrá con la misma velocidad con la que entre.

El nuevo reparto de los derechos de televisión es una oportunidad única para que los clubes paguen sus deudas y se alcance un consenso firme para regular su endeudamiento. Un régimen disciplinario estricto de sanciones administrativas y descenso para los clubes que no mantengan un balance equilibrado es la única manera de evitar los números rojos y la espiral de endeudamiento que empieza por un club debiendo un poco para comprar un jugador mejor y acaba con todos en el concurso de acreedores.